El término género fue
usado por primera vez para explicar un caso de psicología médica: en 1968, Robert
Stoller realizó un estudio del que
obtuvo datos muy interesantes. Al investigar casos de niños y niñas cuyo sexo
no estaba bien definido al nacer, se dio cuenta de que si eran criados como
niños –siendo biológicamente niñas– se comportaban como hombres, y viceversa.
De este análisis, Stoller concluyó que la interacción social de los adultos con
los infantes influye de manera decisiva en la construcción de la identidad
sexual de niños y niñas, al menos en sus comportamientos.
Por otra parte, Gayle
Rubin, considerada la creadora de la categoría de género, utiliza por primera
vez esta categoría en 1977 para referirse al sistema de jerarquías sociales,
basado en las diferencias sexuales, y en el cual se sustenta el sistema de
discriminación de las mujeres.
EL GÉNERO EN PERSPECTIVA
La perspectiva de
género es una mirada analítica que indaga y explica cómo las sociedades
construyen sus reglas, valores, prácticas, procesos y subjetividad, dándole un
nuevo sentido a lo que son las mujeres y los hombres, y a las relaciones que se
producen entre ambos. Dado este sentido relacional, la perspectiva de género no
alude exclusivamente a “asuntos de mujeres”, sino a los procesos sociales y
culturales que convierten la diferencia sexual en la base de la desigualdad de
género. Asumirla como un asunto de mujeres, equivaldría a invisibilizar la
participación masculina en dichos procesos, ya sea como agentes reproductores
de la desigual dad, o por el contrario, como agentes del cambio y promotores de
la equidad de género.
El uso de la
perspectiva de género busca principalmente:
•• Desnaturalizar las
explicaciones sobre las diferencias entre mujeres y hombres, basadas en la
idealización de los aspectos biológicos y la negación de la influencia social.
•• Comprender los
procesos a través de los cuales las diferencias biológicas entre los sexos se
convierten en desigualdades sociales, que limitan el acceso equitativo de mujeres
y hombres a los recursos económicos, políticos y culturales.
•• Identificar vías
y alternativas para modificar la desigualdad de género y promover la igualdad
jurídica y la equidad entre mujeres y hombres.
•• Visibilizar la
experiencia de los hombres en su condición de género, contribuyendo a una
mirada más integral e histórica de sus necesidades, intereses y contribuciones
al cambio. Esto ayudaría a desplazar la creencia de que son “representantes de
toda la humanidad”, para considerarlos en su diversidad y especificidad
histórica.
Mirar o analizar
alguna situación desde la perspectiva de género supone también el ejercicio de
un análisis que contemple cómo las construcciones sociales de género se van
articulando con el funcionamiento de la economía, la política, la vida
cotidiana, la ecología, la migración y la subjetividad de las personas. A
partir de estos ejercicios analíticos, es posible dilucidar por qué medios se
pueden replantear los equilibrios de poder entre mujeres y hombres.
Resta señalar que un
principio básico de esta perspectiva es reconocer que las relaciones de género
no se dan de forma aislada, sino en interrelación con otras variables de
diferenciación, como la clase social, la edad, la condición étnica y etárea, la
preferencia sexual y el credo religioso, entre otras. Por tanto, es incorrecto
hacer generalizaciones que obvien las especificidades del contexto en que se
producen y significan las relaciones de género.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario